Mónica García enloquece y acusa de “vendido” a Óscar López

Mónica García y Óscar López, juntos en el Senado.
A Mónica García la decisión adoptada por Óscar López de llegar a un acuerdo con las aseguradoras para seguir dando vida al modelo Muface no le ha gustado nada. Según la ministra de Sanidad, el ministro de Función Pública se ha vendido a los intereses de compañías privadas que abandonan a los usuarios a su suerte cuando se convierten en una carga por su edad. Además, la líder de Más Madrid, achaca a quien este fin de semana va a convertirse en líder del PSOE de Madrid, apostar por un sistema anacrónico e ineficiente. López, según García, es un “quintacolumnista” que favorece la cuenta de resultados de las aseguradoras médicas en lugar de la salud de los ciudadanos. Sin duda, los “compañeros” de Gobierno, Mónica y Óscar, se llevan a partir un piñón. Tienen una lealtad inquebrantable.
Pedro Sánchez no quiere tener cabos sueltos. Ha puesto pie en el acelerador y ha pedido a su gente de confianza que cierren todas aquellas cuestiones que presentan aristas incómodas que les hacen sangrar. ¿Y eso? El enfado que estaba causando en los funcionarios encontrarse día sí día no con la espada de Damocles sobre sus nucas de si iban a poder seguir con sus médicos de siempre, era una cuchilla que hacía mucho daño. Así que, dicho y hecho, el asunto Muface se cierra, aunque cueste 4.800 millones de euros en los próximos tres años. Se sube el gasto 1.276 millones sobre la propuesta que se hizo en un inicio. ¿Será por dinero?
La verdad, la serie que los españoles hemos visto estos últimos meses a cuenta del seguro médico privado de los funcionarios, ha sido como sentarse delante de la televisión para contemplar “Aquí no hay quien viva”. El surrealismo convertido en obra de arte del humor.
Eso sí, Mónica García, según ella misma dice, pese a estar al lado cada martes en La Moncloa de políticos que toman sus decisiones para llenar los bolsillos de mercaderes que juegan con la salud pública y perpetúan fórmulas de otros tiempos sin futuro, desde luego, nada ha dicho de si, por coherencia con sus opiniones, va a abandonar inmediatamente su cargo de ministra. Vaya yo caliente y ríase la gente.
A. M. BEAUMONT