Nuevo informe de la UCO: los trapicheos del fiscal general con sus móviles le acercan al banquillo

Actualmente el fiscal general del Estado está haciendo equilibrios en una fina línea para intentar evitar pasar de investigado a imputado en el caso de la filtración de información confidencial de Alberto González Amador. La UCO cada vez parece tener más claro que Álvaro García Ortiz fue el principal culpable de esa filtración. Esta misma semana afirmando a través de un informe que el fiscal general de Sánchez destruyó pruebas y hoy mismo, directamente, que todo apunta que fue él quien mandó el correo con la información del novio de Isabel Díaz Ayuso. Por si fuera poco, ahora otro informe pone en duda los trapicheos de García Ortiz con sus terminales móviles.

Hoy en día, lo que se queda guardado en estos dispositivos es clave para este tipo de investigaciones y que en los terminales del fiscal general no se encontrara nada porque habían sido borrados es, cuanto menos sospechoso. Y las investigaciones de la Guardia Civil cada vez arrinconan cada vez más a García Ortiz.

En cuanto a las últimas novedades, la UCO ha indicado este mismo martes al Tribunal Supremo que desde que se produjo la presunta filtración contra el novio de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, el fiscal general del Estado ha recibido dos teléfonos móviles. Uno de ellos lo reseteó una semana después de que el Supremo le encausara. 

Tampoco ha devuelto ninguno de los terminales antiguos como suele ser habitual. Es decir, que se quedó sus móviles oficiales antiguos al solicitar un nuevo terminal desde el 7 de marzo de 2023, día en el que conoció que el empresario estaba siendo investigado por un supuesto fraude fiscal. Movimientos que los investigadores ven como algo intencionado y fuera de lo común.

Así consta en un oficio donde la UCO responde al encargo efectuado por el instructor del caso, el magistrado Ángel Hurtado, para averiguar cuántos terminales ha recibido el fiscal general desde que sucedieron los hechos por los que se le investiga, cuántos ha devuelto, si alguno ha sido formateado y por quién. Desde luego que el borrado de mensajes en estos aparatos electrónicos levanta dudas en torno a la figura de un fiscal general que día tras día, informe tras informe de la UCO, parece más cerca del banquillo de los acusados.