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Mbappé vino para esto: tres goles suyos mandan a Guardiola a ver los octavos en casa

El francés firma sus primeros renglones de oro con el Real Madrid, que trituró al Manchester City (3-1) cumpliendo con la máxima de Don Alfredo di Stéfano, "el mejor jugador son todos juntos"

Kylian Mbappe celebra su tercer gol ante el CityOscar J. Barroso

Miguel Queipo
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Miguel Queipo de Llano

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Vino para esto, y a la primera que tuvo para cumplir con su parte, cumplió. Kylian Mbappé escribió su primer renglón de oro con el Real Madrid tras marcar tres goles, tres golazos, ante el Manchester City e impulsar a los blancos a los octavos de final de la Champions. Los de Ancelotti, que ganaron (3-1) tras cuajar un partidazo sideral, mandan a Pep Guardiola a ver los octavos de final de la Champions desde el sofá. 

Mbappé fue el ejecutor de una máquina de guerra llamada Real Madrid. Los blancos firmaron un partido sensacional, maniatando al City en todos los frentes. Imperiales en defensa, con un Asencio que se está reivindicando como un titularísimo día tras día y con un Valverde que es el Real Madrid de toda la vida plasmado en futbolista, y con un ataque colosal, y eso que Vinicius no tuvo un partido de esos con todas las luces encendidas. Pero dio igual. El baño del Madrid fue apoteósico,

Apoteósico, además, desde el arranque. Porque a los tres minutos un sensacional pase de Asencio dejó a Mbappé solo ante Ederson para superarle con una vaselina tan efectiva como estética. El 1-0 desmadejó al City, al que Guardiola intentó agitar: no jugó Haaland, tocado, pero tampoco De Bruyne, su mejor futbolista en la era dorada de los citizens. Pep intentó calcar el sistema con el que logró aquel histórico 2-6 en el Bernabéu, con falso nueve, pero esta vez se hundió con todo el equipo.

El mejor jugador son todos juntos

Desde ese tanto inicial, el Madrid puso los pies en la tierra y cumplió a rajatabla la máxima de Don Alfredo di Stéfano: "el mejor jugador son todos juntos". Dio gusto ver jugar a los blancos. Implicados, corriendo por el compañero, perfectamente dispuestos y aplicados en defensa y letales en ataque. Si además Mbappé tenía el estoque de descabellar morlacos afilado, el resultado era obvio. Porque vaya otros dos golazos que marcó.

Es imposible, más alla de Mbappé por los tres goles, destacar a más jugadores del Madrid. Porque todos merecen el elogio. De Valverde, un lateral derecho impecable pese a jugar fuera de posición, a un Ceballos que dominó el tempo del partido como si fuera Kroos, a la seda de Rodrygo, la contundencia y posicionamiento (¡albricias!) de Tchouameni, el distefanismo total de Bellingham (que vio una amarilla y se perderá los octavos de Champions, ante Leverkusen o Atlético, el sorteo será el viernes)... Todos. Mejor no seguir que se me duermen.

El partidazo del Madrid solo dejó un lunar. En el minuto 75, el equipo, con 3-0, se desconectó, cosa lógica. El City, entonces, sacó algo de vergüenza torera mientras el Santiago Bernabéu se convirtió en el primer estadio del mundo que pedía la continuidad de Pep ("Guardiola quédate, Guardiola quédate") mientras en la Premier todos piden que le cesen. Y en el descuento marcó el gol del honor, el ex azulgrana Nico. Un caramelo para compartir con las palomitas con las que los citizens deberán ver los octavos de Champions desde casa. Porque en esa ronda, quién lo dudaba, estará el Rey de Europa. Otra vez.

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