El “No a la Guerra” de los colegas de Sánchez

El gallinero de la izquierda de la izquierda está revuelto en España. El pestazo de la corrupción del PSOE no lo había alterado. Todos se han tapado la nariz. Sin embargo, el aumento que desea afrontar Pedro Sánchez en defensa, sí ha puesto a revolotear a las gallinas. El ruido es grande. Y no parece vaya a disminuir, porque algunos desean que sus cacareos se escuchen más que los de los otros. Ione Belarra, por ejemplo, ya se refiere en sus declaraciones sobre el presidente del Gobierno como “señor de la guerra”. El jueves, la líder de Podemos, se presentó en La Moncloa en camiseta con un “No a la guerra”.

El sanchismo parece desgarrado. Esa antinatural federación de partidos bautizada como “Frankenstein Plus” (Podemos, Sumar, ERC, Bildu, PNV y Junts) que permitió arrancar la legislatura al socialismo, pese a no haber ganado las elecciones, en estas horas, nadie puede saber si no estallará. La nueva imagen de Sánchez que busca sacar cabeza entre los líderes que elaboran otras normas en Europa en la guerra de Ucrania, ha puesto a sus aliados más cerca de la oposición que del apoyo cerrado que habían mostrado estos años.

En democracia, naturalmente, los problemas se resuelven con mayor democracia. Pero, a Pedro Sánchez esa regla no le sirve. Sabe que si convoca elecciones para dar voz a los españoles, muy probablemente, perderá el poder. Igualmente es consciente de que llevando al Congreso los retos que España debe afrontar en consonancia con los acuerdos de seguridad que se están fraguando en Europa, tendrá enfrente a sus coaligados y aliados. Así las cosas, juega a ganar tiempo por si suena la flauta por casualidad. Espera que ese gallinero que cacarea se conforme, como hasta ahora ha ocurrido, echando más grano para mantenerles con el pico cerrado. Las prebendas son poderosas armas para difuminar los principios de pancarta.

A.M. BEAUMONT