EnfoquES del director
Feliz 2025, el año en el que Pedro Sánchez debería caer por el bien de España
El año nuevo es siempre el momento de hacer buenos propósitos y de formular deseos con la esperanza de que se hagan realidad: el de muchos españoles, estoy convencido de ello, es que Pedro Sánchez deje de ser presidente del Gobierno. Mejor en enero que en junio o en diciembre. Cuanto antes, porque cuanto más aguante el daño para España y para la democracia será más complejo de revertir.
Sánchez no ganó las elecciones y ni siquiera gobierna. Solo está en el poder. De hecho todas sus decisiones van encaminadas a ese objetivo. Retener el poder. Gobernar ya es otra cuestión, secundaria para él. Por eso inició esta disparatada legislatura contra toda lógica y cordura política, pactando la investidura en el extranjero con un prófugo de la Justicia, comprando con la amnistía inconstitucional el apoyo de un partido como Junts, al que no le une nada ideológica y políticamente. Por eso pactó con Bildu, el partido de los proetarras dirigido por un etarra.
Y a todo eso le sumamos la sombra de la corrupción, los casos que rodean a Pedro Sánchez, algunos de los cuales anidan en el dormitorio conyugal de La Moncloa o en la mesa familiar. Y su defensa disparatada, acusando al Poder Judicial de actuar de manera deliberada contra él en connivencia con el PP. Puro peronismo a la española. Y más aún. Sánchez ha colonizado las instituciones y los organismos públicos, desde el CIS hasta la fiscalía y la abogacía del Estado, pasando por RTVE, el Banco de España y el Tribunal Constitucional.
Si Sánchez aguanta tres años más en el poder, como pretende hacer, el destrozo puede ser irreversible. Podremos verle estrechando la mano de Puigdemont en Waterloo, como le exige el prófugo. Podremos ver, no es descartable ni mucho menos, un referéndum de independencia en Cataluña, después de consumar el prometido concierto económico que destruye la igualdad fiscal entre españoles y la solidaridad entre comunidades autónomas. Y podremos ver muchas cosas que ahora no somos capaces de imaginar, como no éramos capaces de prever todo lo que ha hecho. Su talento para el mal es imbatible.
Sánchez merece caer en este 2025 y los españoles merecemos que caiga. España necesita que caiga. Cada cual dentro de sus posibilidades debe hacer lo posible en ese sentido. Los medios, denunciando sus atropellos y anomalías democráticas. Los ciudadanos, haciendo apología del 'antisanchismo' allí donde estén. Tiene que haber un clamor social para que este individuo deje el poder y pase al lugar donde merece estar: el estercolero de la historia.