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CONTRATO RESCINCIDIDO Y 6,6 MILLONES DESPERDICIADOS

Sánchez recula en aras de la supervivencia política y cunde el pánico en las empresas de Defensa

El presidente del Gobierno cede a las exigencias de Sumar para no buscarse más problemas y líos internos. Todo ello a cambio de poder mandar a la basura casi 7 millones de euros del Estado por el contrato rescindido con la empresa israelí. Eso sí, descartan "entregar la cabeza" de Marlaska para no mostrar "debilidad".

Yolanda Díaz y Pedro Sánchez durante una rueda de prensa, en el Complejo de La Moncloa.

Yolanda Díaz y Pedro Sánchez durante una rueda de prensa, en el Complejo de La Moncloa.EUROPA PRESS

Esther Jaén
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Al final, lo que parecía ser la mayor crisis vivida dentro de la coalición de Gobierno PSOE-Sumar, ha quedado en agua de borrajas. Por orden expresa de Pedro Sánchez, el Gobierno se marcó un “digo Diego” de grueso calibre y rescindió unilateralmente el contrato firmado con la empresa israelí IMI Systems, por mera supervivencia política, porque esta vez sí, Sánchez ha visto las orejas al lobo.

No estamos en el mismo punto que estaba el Ejecutivo de coalición del PSOE con Podemos, cuando en los inicios de la guerra de Ucrania, las ministras Irene Montero y su compañera y amiga Ione Belarra insinuaron, en el seno del Gobierno, la posibilidad de someter a votación (para manifestar su voto contrario) la posición oficial del Ejecutivo ante la guerra de Ucrania.

En aquella ocasión, Sánchez advirtió que si el Consejo de Ministros se partía en dos, habría crisis de Gobierno y ellas -se entendía- se quedarían fuera. Entonces, Montero y Belarra decidieron envainar su espada y resistir en el Ejecutivo, mientras Yolanda Díaz se mantenía en un discreto segundo plano. Pero en esta crisis, las cosas han cambiado y Sánchez ha visto claro que no podía resistir el envite de IU, por ejemplo, decididos a forzar la salida de su cuota ministerial, que ocupa la titular de infancia y Juventud, Sira Rego.

Los ministros y ministras de Sumar (Ernest Urtasun, Pablo Bustinduy, Yolanda Díaz y Sira Rego) llegan al Congreso de los Diputados.EUROPA PRESS

Cuando el Gobierno está más atrincherado que nunca y pende de un hilo, así como de las exigencias caprichosas de sus socios de investidura, Sánchez rehúye más que nunca la imagen de división y/o de ruptura en el seno del Gobierno. Esta crisis dentro de la izquierda, entre PSOE y Sumar, pero también entre los integrantes de Sumar, con Podemos enfrente, para tratar de recuperar la posición perdida a costa de la formación de Yolanda Díaz, ha sido resuelta recientemente de puertas adentro. Todo ello a pesar que fuentes gubernamentales admitan que, muy probablemente, traerá consecuencias económicas, de puertas afuera, en forma de indemnización a la empresa en cuestión.

Con esta última parte cuenta el Ejecutivo, consciente de que, en el peor de los casos, los cerca de siete millones de euros de dinero público se van a esfumar, como compensación a la empresa israelí. Pero lo que más temen desde algunas de las empresas españolas del sector de la Defensa es que la represalia alcance el más alto nivel y se retiren las patentes israelíes con las que empresas como 'Escribano Mechanical &Engineering', Indra, Tecnobit o Rheinmetall, fabrican material de Defensa en España.

Vale más sobrevivir en Moncloa que el posible dinero desperdiciado

En todo caso, en esta ocasión ha pesado más la supervivencia del Gobierno tal cual está que las indemnizaciones o la incoherencia del Ejecutivo, capaz de colarnos de tapadillo una operación de compra que se había comprometido a desterrar de sus prácticas. Y, pese a que los socios de coalición están pidiendo la cabeza del ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska (por haber efectuado la polémica compra de balas a la empresa israelí ) fuentes de Moncloa descartan que Sánchez esté dispuesto a cederla, por no mostrar la “extrema debilidad” con la que se ven obligados a maniobrar día a día.

Pedro Sánchez y Fernando Grande-Marlaska charlan durante una sesión en el Congresoeuropa press

Y es que, a pesar de las amenazas de los de Carles Puigdemont, aseguran desde el núcleo de Sánchez que, si alguien puede acabar dando al traste con la presente legislatura, no serán los independentistas, sino la más que revuelta izquierda a la izquierda del PSOE y, en especial, sus otrora socios de Podemos.

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