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Sánchez aterriza en Bruselas abochornado por Feijóo y Podemos tras la cesión de la inmigración

Críticas a derecha e izquierda: el líder del PP alerta que "compromete la seguridad nacional" y Podemos tacha de "racista" la cesión de la inmigración el día que Sánchez llega a una Europa que busca garantizar la seguridad de sus fronteras. 

Pedro Sánchez en una rueda de prensa en Bruselas con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.Nicolas Maeterlinck

Marta Gómez Montero
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Las cosas no son como empiezan sino como acaban. Una frase hecha que viene al pelo del momento que está viviendo Pedro Sánchez que ha cedido a Puigdemont las competencias en fronteras e inmigración - sin contar a día de hoy con los votos para aprobarla - mientras Europa paradójicamente aborda este jueves en un Consejo Extraordinario como rearmarse para asegurar sus fronteras. De hecho, Fernando Grande-Marlaska se ha hecho un María Jesús Montero y ha dado plantón a sus colegas europeos por una repentina indisposición.

En paralelo, Alberto Núñez Feijóo se reúne con Mertz en el marco de la cumbre del Partido Popular Europeo que se celebra en Bruselas, previa a la reunión del Consejo Europeo Extraordinario sobre la defensa europea y Ucrania. Feijóo le trasladará que el PP, como primer partido de España, "trabajará para dar la estabilidad a Europa que otros quieren comprometer".

Con los ecos de las críticas, que con mayor o menor intensidad llegan de la mayoría de los partidos del arco parlamentario, destaca la advertencia del líder popular de que Sánchez con esta cesión "está comprometiendo la seguridad nacional". El presidente del Gobierno debería mojarse hoy y fijar su posición ante la necesidad de aumentar el gasto en defensa para asegurar fronteras seguras. Si nos atenemos a su último comunicado, no parece estar por la labor.

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez (i) y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel (d), durante una rueda de prensa en Bruselas.Nicolas Maeterlinck

En las horas previas a este Consejo, Núñez Feijóo - al que ni siquiera se ha dignado a informar de la postura que va a llevar a Bruselas - le ha reprochado lo "injustificable" que es que no haya descolgado el teléfono para informarle y le ha recordado que no tiene mayoría suficiente para adquirir ningún compromiso internacional.

Pero su principal denuncia es que "está comprometiendo la seguridad nacional porque la política migratoria y las fronteras son elementos nucleares que definen a cualquier nación". El líder popular pondrá el foco en su compromiso de "derogar la ley, si es que llega a aprobarse". La dirección popular no tiene la seguridad de que vaya a ser así o cuánto menos va a sembrar la duda de que la ley vaya a salir adelante.

Los socios de Sánchez, cada uno por diferentes motivos, no parecen sentirse muy cómodos con esta ley. Hasta ERC muestra sus reticencias por su aroma xenófobo y por la medalla que se va a colgar Puigdemont. Pero quien más frontalmente se va a oponer a este traspaso de las competencias de inmigración es Podemos que la tacha directamente de "racista" y advierte que con sus votos no cuenten.

Por eso el PSOE, que se las prometía muy felices para aprobar los presupuestos - aunque hay estupor en sus bases por el contenido del acuerdo - ahora contiene la respiración. Los independentistas de Junts, que ya han escarmentado de las patadas hacia delante de Sánchez, ya le han advertido que hasta que no esté aprobada y publicada en el BOE, hasta que no tengan el pájaro en mano, que con ellos no cuente.

Además, fieles como el escorpión a su propia naturaleza, los independentistas - que son insaciables - ya andan reclamando cesiones pendientes como una fiscalidad europea o jueces propios en palabras de Jordi Turull. En román palatino, las estructuras propias de un Estado para volver a las andadas del golpe secesionista del uno de octubre, como advertía Isabel Díaz Ayuso.

Hurgar en la herida de Podemos

Los servicios jurídicos del Partido Popular van a estudiar milimétricamente los pasos y los tiempos de su ofensiva contra la ley, pero antes van a poner el foco en que aún no tienen los votos para ser aprobada y Podemos ha expresado ese rechazo frontal a apoyarla.

"Estamos decididos a ir a cuantos sitios podamos para pararla" señalan estas fuentes, aunque añaden con indisimulado regocijo que "quién sabe si al final se aprobara o no y si va a resultar que va a ser Podemos quien salve al Estado de su segregación y de una frontera interior".

El enésimo sapo que se tragan los socialistas

El otro intento de abrir una vía de agua va a ser denunciar el silencio de los socialistas ante la "ingeniería racial" pactada por Sánchez y el independentismo catalán. Es "indignante que el PSOE de Madrid calle ante esto", denunciaba el secretario general del PP de Madrid, Alfonso Serrano. Pero los socialistas en los años del sanchismo, han demostrado que, tienen muchas trazadores.

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