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El Real Madrid conquista la Intercontinental a medio gas en el paraíso de los Petrodólares

Sin tener que esforzarse, los blancos ganaron su noveno título de mejor equipo del mundo al derrotar al Pachuca mexicano (3-0). Ancelotti se convierte en el entrenador más laureado en la historia del Madrid

Mbappé y Vini Jr celebran el 1-0 ante Pachuca

Mbappé y Vini Jr celebran el 1-0 ante PachucaFIFA World Cup

Miguel Queipo
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Miguel Queipo de Llano

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En el territorio de los pérfidos jeques, en Doha. Rodeados de petrodólares. Pero el Real Madrid, casi con el motor eléctrico, a medio gas, se proclamó campeón del mundo por novena vez en su historia, tras derrotar en la Copa Intercontinental 2024 al Pachuca mexicano (3-0). Cuatro remates a puerta de los blancos, para tres goles. Y Ancelotti, en la cúspide de los entrenadores del club blanco: ya es el más laureado de su historia, adelantando a un mito como Miguel Muñoz.

La puesta en escena del Real Madrid en Doha, pese a que estaba en juego un título, fue flojita. Por no decir indecente. En los diez primeros minutos, el Pachuca, presionando arriba y apretando porque tampoco tiene mucho más, forzó dos intervenciones de Courtois ante un equipo blanco muy poco intenso, donde las ayudas brillaban por su ausencia y con las líneas separadísimas. Ancelotti se desgañitaba en la banda como pocas veces se le ha visto. Hasta se le olvidó el chicle.

El Real Madrid ganó la Intercontinental

El Real Madrid ganó la IntercontinentalESdiario

Pero a partir de ahí, y pese a que el Madrid defendía solo con siete jugadores porque Vini, Mbappé, Rodrygo y Bellingham no ayudaban nada en tareas que requieren mono de trabajo, los blancos se hicieron con el control del juego. Al trote cochinero, con poquísimo colmillo, pero al menos Courtois ya no sufría.

Con Vinicius inesperadamente desconectado y con Bellingham más fallón en el pase que de costumbre, los blancos se sostenían defensivamente por el trabajo de Valverde y Camavinga, dos bulldozers sobre el patatal del estadio catarí, y ofensivamente por el empeño de Rodrygo y algún detalle suelto de Mbappé, que tras fallar una ocasión a pase del brasileño, marcó el 1-0 en el minuto 36 tras la primera aparición de Vinicius en el partido y el primer remate a puerta de los blancos: arrancada, quiebro, portero sentado y pasecito de la muerte al francés.

Aquello debería haber servido para calmar el partido. Pero el arranque del segundo tiempo volvió a descubrir a un Real Madrid demasiado desconectado del partido. Ancelotti y su cuerpo técnico deberían plantearse el darles un bocadillo de guindillas (o de chiles, ya que el rival así lo merecía) a sus jugadores justo antes de cada puesta en escena, a ver si se les enciende el ánimo. Volvió a amenazar el Pachuca de arranque, sobre todo con un Nelson Deossa que dejó destellos de tener nivel de sobra para dar el salto a Europa, pero entonces apareció Rodrygo, que parecía que se liaba pero acabó descerrajando un derechazo inapelable para Carlos Moreno, el portero del cuadro mexicano.

Con el 2-0, el Madrid debió pensar que aquello estaba hecho. Dos tiros a puerta, dos goles y renta suficiente, así que el Pachuca se vino arriba, sin nada que perder. Surgió entonces Salomón Rondón, ex de Las Palmas y Málaga entre otros equipos. El venezolano, con un disparo de falta que sacó Courtois y un testarazo que lamió la escuadra izquierda de la portería defendida por el meta belga, amenazó a los blancos. El aviso estaba dado.

Pero el Madrid recibió la señal. Idrissi derribó con suspense, penalti VAR (instalado a las afueras de la ciudad, menudos paseos se pegó el árbitro para ir a consultarlo), a Lucas Vázquez. The Best, Vinicius, marcó el 3-0 en el tercer disparo a puerta de los blancos. Economizando remates y guardando pólvora para empresas mayores. Y además, encumbrando a Ancelotti como el técnico más laureado en la historia del Real Madrid. Eso sí que se merece unos chicles. De tutifruti. Grazie, Carletto.

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