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Alerta en Casa Real: la Infanta Sofía puede caer en la red de Pablo Iglesias y Monedero

Todo apuntaba a que la hermana de la Princesa Leonor cursaría estudios universitarios fuera de España. Pero Doña Letizia ha sido tajante y víncula su formación a Madrid, algo que lleva problemas añadidos.

La Infanta Sofía en los Premios Objetivo Patrimonio, este pasado diciembre.Europa Press

David Lozano
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La hermana de la Princesa Leonor -la segunda en la línea de sucesión al trono- ha alcanzado la mayoría de edad, y no es, ni mucho menos, un cumpleaños cualquiera. Sofía de Borbón no es una joven más: es Infanta de España y, en caso de que Leonor no llegara a reinar por cualquier motivo, sería ella quien portaría la Corona. Por eso, su formación no puede tomarse a la ligera.

Se lo contábamos este miércoles 23 en ESdiario haciéndonos eco de lo que publicaba Pilar Eyre en la revista Lecturas, ya se ha descartado por completo que continúe estudiando fuera de España, una opción que se valoró seriamente, pero que los Reyes finalmente han desechado. Aunque hubieran preferido, en lo personal, que Sofía siguiera en el extranjero algún tiempo más, la decisión está tomada: debe continuar su educación universitaria aquí. No solo por una cuestión institucional, sino también simbólica. ¿Qué mensaje lanzaríamos si una Infanta de España no encuentra su sitio entre nosotros? ¿Acaso no somos dignos, como país, de acoger a una figura de esa relevancia?

Después de dos años en el internado galés -una elección que sigue despertando perplejidad en algunos sectores-, resulta fundamental que Sofía afiance su vínculo con esta tierra. Un par de estancias estivales en Mallorca o unas vacaciones discretas en La Zarzuela no bastan para construir arraigo ni conexión emocional con los ciudadanos. “No podemos permitirnos una Infanta a la que se vea como ajena, distante, o incluso ausente”, es una decisión que Eyre atribuye directamente a la Reina Letizia.

Y es que la Familia Real, tan mermada y vigilada como está, no puede prescindir de una de sus figuras más valiosas, sobre todo cuando se trata de las generaciones más jóvenes. Leonor ha cargado con el peso institucional y mediático prácticamente en solitario, y no es justo ni viable que siga así. Tener cerca a su hermana no solo le permitiría compartir responsabilidades, sino también algo aún más importante: intimidad, apoyo, consuelo, alguien con quien ser ella misma sin filtros.

No es casual que Irene de Grecia siga siendo el gran sostén emocional de la Reina Emérita Sofía. Entre hermanas se forja una complicidad que ningún protocolo ni deber puede sustituir. Leonor necesitará, más que nunca, a su hermana a su lado.

La pregunta ahora es: ¿dónde estudiará Sofía? Las opciones son amplias, pero hay matices que considerar. Tal y como ha podido saber ESdiario de fuentes próximas a La Zarzuela, la Universidad Complutense de Madrid aparece como candidata natural: allí estudió su tía Cristina de Borbón Ciencias Políticas. Pero también es donde imparten clase personajes tan marcados como Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero o Jorge Verstrynge. La carga ideológica del campus es innegable, y eso podría convertirse en un problema para la Corona. ¿Qué implicaciones tendría que una Infanta estudie en un entorno tan politizado, con una atmósfera que, a menudo, no es especialmente amable con la monarquía?

En la Casa Real se mueve ahora ficha, tal y como ha podido constatar ESdiario, para que los caminos de Sofía de Borbón no se crucen con los Iglesias, Monederos y la órbita podemita que prácticamente controla la opinión, y cátedras, de la Complutense…

Por eso, no sería extraño que se opte por la Universidad Autónoma, donde tanto el Rey Felipe como el ahora Rey Emérito Juan Carlos I estudiaron Derecho. Incluso la Reina Sofía cursó Humanidades allí en los años 70, y no interrumpió sus estudios ni con la muerte del dictador Francisco Franco ni al convertirse en reina. Es un entorno más neutro, más manejable desde el punto de vista institucional y mediático.

En cualquier caso, el debate ya no es si Sofía estudiará en España, sino cómo y dónde hacerlo sin convertirlo en un nuevo quebradero de cabeza para La Zarzuela. Porque su figura, aunque silenciosa, puede ser decisiva para el futuro de la institución.

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