Una experta en obesidad lo tiene claro: es una enfermedad que requiere mucha más financiación pública
La presidente de la SEEDO, Mar Malagó, habla sobre las principales cuestiones que se deben tratar con respecto a la obesidad para aumentar la salud de los pacientes
Mar Malagón, presidenta de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), habló en ESdiario TV sobre los riesgos que carrera la obesidad, la necesidad de entenderla como una enfermedad, los principales cuidados que se deben ante personas que la sufren, la atención gubernamental a este problema sanitario y mucho más.
P. Bueno, en primer lugar, El sobrepeso es una preocupación creciente de los españoles, pues hay estudios y encuestas, algunas recientes, que lo indican de esta manera.
R. Es verdad que el mensaje en los últimos años está calando por dos razones fundamentales: primero, porque hay muchas personas con exceso de peso, y segundo, porque yo creo que desde muchas sociedades científicas se está haciendo mucho movimiento para concienciar a la sociedad de que la obesidad es una enfermedad. Esto yo creo que se empieza a entender bien, aunque nos cuesta asimilarlo, todavía no lo dimensionamos como es, quizás.
P. La última encuesta establece que siete de cada diez españoles han seguido una dieta para perder peso en algún momento de su vida, pero solo cuatro de cada diez han acudido al médico para conseguirlo. ¿Es importante acudir a un médico, a un especialista, o no?
R. Bueno, eso sin duda. Es verdad que esa proporción de siete de cada diez, quiere decir que hay preocupación por el peso. Hay una parte estética, es obvio, pero hay una parte de salud, porque un cierto porcentaje al menos va a acudir al médico. Es verdad que en esta encuesta, que ha sido patrocinada por Novo, también muestran otras tendencias que a lo mejor son más preocupantes, porque las personas que tienen obesidad a lo mejor se lo comentan a la familia o amigos o a influencers. Con el respeto que debemos tener para todas las personas que están en comunicación, pero quizás a quien deben acudir realmente es al médico. Si están preocupados, deben ir al médico.
P. ¿Hasta qué punto podemos tener en cuenta los consejos de los influencers? ¿Cómo distinguir si un influencer es bueno, es malo o es un charlatán?
R. Bueno, yo creo que eso muchas veces es una cuestión de sentido común y de educación, probablemente; de tener esa cultura e identificar que es una enfermedad, y tú cuando tienes una enfermedad no recurres a un influencer. Y luego, en el sentido común, si fuera tan sencillo (perder peso), no tendríamos un 60% de personas con exceso de peso en nuestro país y un 20% de personas con obesidad. O sea que la fórmula no es sencilla y no basta solo con unos consejos de cambiar ciertos hábitos, que además en muchas ocasiones no están fundamentados en la ciencia.
P. ¿Cuál debe ser la principal motivación para perder peso?
R. Ahora estamos intentando cambiar un poco el concepto de que no solo se trata de perder peso, sino que se trata de ganar salud. Yo creo que eso es importante cuando, además, estamos definiendo la obesidad como una enfermedad. Entonces ahí sí que esa mentalidad yo creo que hay que cambiarla y acudir, como hemos dicho antes, a los centros o a profesionales que nos orienten. Si consideramos lo de ganar salud, a lo mejor -y dentro de estas encuestas también se refleja- todos reaccionamos diciendo que vamos a cambiar los hábitos de vida, lo que es más sencillo. No es alto el porcentaje que dice va a ir al médico. Quizás podemos empezar haciendo un cambio de hábitos de vida, que es una cuestión individual, pero entendiendo que a lo mejor no es suficiente. Para muchas personas no es suficiente hacer esos cambios de hábitos de vida. Y si consideras a una persona con un alto índice de masa corporal, no todo tipo de ejercicio ni todo tipo de dietas sirve para su enfermedad. Entonces, en ese caso, aun cuando haya intención de hábitos de vida, hay que ir a un profesional.
P. Pero cambiar los hábitos de vida también requieren un trabajo psicológico…
R. La obesidad impacta enormemente en el bienestar emocional. Es la otra cara de la moneda. Impacta tanto que es una de las preocupaciones que se visualiza en esta encuesta: el impacto emocional, sobre todo en mujeres. Entonces, el bienestar emocional es un aspecto que hay que cuidar en las personas que tienen obesidad. Yo creo que a lo mejor no estamos haciendo una diferencia entre un cierto sobrepeso, que estamos pensando que podemos manejar con esos cambios de hábitos de vida, y luego las personas que tienen ya un impacto muy grande en su salud sobre la enfermedad.
P. Concretamente en el tema de las mujeres, hay algo que incide mucho, que es la menopausia. Hay mujeres que consideran inevitable ganar peso por la menopausia. ¿Esto es así realmente?
R. Sí, realmente con la menopausia aumenta el peso, porque hay cambios fisiológicos naturales, pierdes estrógenos, etcétera. Y además ahora el problema es que, como la obesidad afecta a la edad infantil y en los adolescentes, cuando llegan a la menopausia lo hacen con un peso ya elevado de por sí, entonces pueden aumentar aún más y eso aumenta el riesgo cardiovascular, en particular en la menopausia. En la menopausia aumenta el riesgo cardiovascular, que eso es un aumento también del riesgo de mortalidad; no solo te quita calidad de vida, sino también esperanza de vida.
P. Qué se está haciendo mal o qué se está haciendo bien desde las administraciones públicas?
R. Hay un Plan Nacional de Obesidad, que está a nivel ministerial y también participa en la Fundación Gasol, que yo creo que están incorporando cuestiones que antes no considerábamos. Por ejemplo, la falta de sueño, información a los padres, educación a los niños y educación a los padres, y considerar los ambientes que están desfavorecidos económicamente, porque hay una relación directa entre obesidad y factores socioeconómicos.
P. ¿Para tener una buena alimentación también es necesario tener un cierto nivel de ingresos?
R. Ingresos y educación. Pero quizás debemos cambiar a una alimentación de cercanía, de alimentos, de cercanía estacionales que hay que aprovechar. Quizás lo que tenemos.
P. ¿Está actuando bien el Gobierno al abordar esta problemática?
R. Yo creo que aquí hay un problema que viene dado por la enorme prevalencia de la obesidad. O sea, si tenemos un 60% de la población con sobrepeso y un 20% son millones de personas, entonces esto tiene una envergadura para afrontarlo. Hay planes a nivel de comunidades autónomas, Hay uno en Galicia, en Andalucía este año se anunció en verano, en Cataluña está funcionando… o sea que la concienciación y la incorporación del problema yo creo que está en marcha, porque estamos todos pendientes de eso y estamos haciendo mucho ruido. Pero tomar medidas es quizá más complejo y por eso debemos interaccionar las sociedades científicas, que somos muchas las que estamos implicadas, con los decisores políticos. Hay que implicarlos a ellos y a la sociedad en general.
P. Por ejemplo, en un momento dado se vio que el tabaco era un problema clarísimo, prioritario, de salud pública, que había que conseguir que la gente dejara de fumar. Yo creo que ahora hay mucha menos gente fumando que hace 20 años. ¿Todavía no nos hemos implicado tanto en el asunto de la obesidad?
R. No, porque no lo hemos considerado como una enfermedad. En la definición del Sistema Nacional de Salud se considera como enfermedad, pero no financia los tratamientos. Por ejemplo, hay unas intervenciones que son cirugía bariátrica para pérdida de peso, pero las listas de espera solo hay un porcentaje y además no está prescrito, no todos los pacientes tienen por qué llevarla. Hay muchos aspectos que tocar, por lo que nosotros siempre abogamos es por un plan nacional que incluya todos estos factores, que se aborden los factores socioeconómicos, que haya equipos multidisciplinares, porque la obesidad causa muchas otras enfermedades: cardiovasculares, cáncer, problemas articulares. Entonces, bueno, es un abordaje muy complejo.