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Sánchez cogió su fusil

El presidente del Gobierno, Pedro SánchezEuropa Press

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El miércoles pasado Pedro Sánchez tuvo a bien comparecer durante cinco horas en el pleno del Congreso para hablar del aumento del gasto de defensa, pero como tiene por costumbre pasó de puntillas sobre su plan de “rearme” y se dedicó a insultar al líder de la oposición empleando los argumentos de siempre. La realidad es que dicha comparecencia fue un cumplimiento, a regañadientes, de la obligación impuesta por Bruselas a todos los estados miembros de asumir públicamente que va a producirse un salto cualitativo en el gasto en defensa en toda la Unión Europea.

Sánchez hizo todo lo posible, en su comparecencia del miércoles, por emplear todo tipo de eufemismos para evitar reconocer lo evidente, pero ante este intento de engañar a la sociedad por parte del inquilino de la Moncloa, ha tenido que intervenir desde Varsovia Mark Rutte, secretario general de la OTAN, para aclarar lo que Sánchez intentó ocultar a los españoles de forma bastante infantil: cuáles son las obligaciones que expresamente el presidente del Gobierno ha contraído y que consisten en que España se ha comprometido a llegar al 2% del PIB en gasto militar este verano, y esto supone destinar 31.832 millones de euros en defensa, 10.000 millones más que en la actualidad. También Rutte ha afirmado, contradiciendo a lo manifestado por Sánchez en el Congreso, que el peligro de un ataque nuclear es algo real para España ya que un misil ruso tardaría apenas 10 minutos más en alcanzar Madrid que uno lanzado sobre Varsovia.

Sánchez está acostumbrado a mentir en sus comparecencias, pero en Europa la mentira no es admisible, por eso Rutte ha tenido que hablar expresamente de España en un encuentro de la Escuela de Economía de Varsovia, foro en el que lo normal no era sacar a relucir el compromiso del Gobierno español, seguramente para dejar claro que la mentira tiene fecha de caducidad y que con la situación de conflicto que amenaza a Europa no se puede jugar. Tan claro ha sido el secretario general de la OTAN que lo único que ha podido contestar el Gobierno español es que a lo que se comprometió Sánchez fue que “de aquí al verano España intentaría acercarse lo máximo posible a ese 2 %”, es decir no han podido negar el compromiso de invertir 10.000 millones más en el rearme. 

Eso sí, los filtradores de Moncloa han dejado caer el malestar con las palabras de Rutte, es decir que están “cabreados” con que las mentiras de Sánchez en el Congreso hayan sido denunciadas en un foro internacional y que toda la prensa europea se haya percatado de que en España hay un presidente que miente, algo ya conocido por los ciudadanos españoles.

Pedro Sánchez se ha comprometido en el rearme europeo, algo lógico debido a nuestros compromisos en los organismos internacionales, pero el problema que tiene son sus socios de Gobierno, que son anti-OTAN. Por eso no puede reconocer en España cuál es su postura en Bruselas. Además, es superior a sus fuerzas tener que reconocer que su única salida es pactar con Feijóo para cumplir sus compromisos en la defensa de Europa. Por eso el miércoles pasado se dedicó a insultar antes que a tender la mano, se dedicó a hablar de Mazón antes que hablar del peligro que existe en Europa, y se dedicó a mentir al afirmar que no tendrá que realizar un reajuste presupuestario

Sánchez va a coger su fusil como se ha comprometido con Europa y tendrá que presentar antes de verano, porque se ha comprometido a ello, un plan de defensa concretando de dónde va a sacar el dinero y en ese momento no le valdrán las mentiras ni los insultos a la oposición, porque la única solución será un Pacto de Estado que tendrá como consecuencia la fractura del Gobierno y la ruptura con sus socios de extrema izquierda y eso lo sabe tanto el PSOE como la Moncloa.

Mientras tanto asistiremos durante los próximos meses a una simple representación en la que Sánchez intentará la cuadratura del círculo y así intentar ganar tiempo para evitar el momento culmen de la legislatura, cuando tenga que reconocer, como le pasó a Zapatero, que la crisis es inevitable y que tiene que convocar elecciones.

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