La Justicia con el asesino Bretón abandona a las víctimas

José Bretón tras escuchar el veredicto del jurado por el asesinato de sus hijos en 2013.
No puedo salir de mi asombro como persona de la calle, pero fundamentalmente como psicóloga y conocedora del enorme dolor lacerante de una madre. Ruth Ortiz sufrió el terrible crimen de sus hijos, Ruth y José, que fueron quemados y asesinados por su propio padre, José Bretón. Todo ello para dañar a su ex pareja y madre de los dos menores. Y ahora vuelve la bestia en forma de libro para revivir el horror de lo que ya se ha vivido y ya todo se ha dicho en un juicio. No ha lugar. Una herida tan grande en Ruth Ortiz que, aunque parezca que se halla ido cicatrizando, volverá a reabrirse y a sangrar de nuevo. Es como un puñal clavado otra vez, volviendo a ese duelo que se creía superado.
La Fiscalía de Menores ha pedido medidas cautelares por el derecho al honor y a la intimidad personal de los dos menores. A pesar de ello, el Juzgado de Instrucción número 39 de Barcelona ha dado luz verde a la publicación del libro de un psicópata asesino que, sin arrepentimiento, se regocija describiendo cómo los quemó. También osa decir que José se echó a sus brazos y él sabía que al día siguiente los mataría. Ni legalmente ni éticamente este libro debe seguir adelante. Se le conceden derechos a un asesino y se le quitan a las víctimas en este país de pandereta donde las víctimas se hallan en la desprotección más absoluta, pero se protege a los verdugos.
Dice el juzgado que las pruebas de Ruth no son válidas al ser artículos. Creo que no son necesarios artículos para un crimen sentenciado y donde está claro quiénes son las víctimas y quién el verdugo. Además, se saltan a la torera la protección del menor. Mis artículos han ayudado y, máxime, sabiendo escudriñar en la mente humana y elaborando perfiles precisos.
Además, conozco a Ruth y estaré con ella hasta el final. Me parece una broma macabra que el autor del libro intente descubrir la maldad de un asesino. Es evidente que un asesino tiene maldad, igual que el cielo es azul. Sinceramente, no creo que a nadie le interese este libro, excepto a mentes morbosas y con rasgos psicopáticos de nula empatía con el dolor de una madre y la muerte violenta de dos menores.
Decía un colaborador que esto es importante para descubrir patrones de conducta de asesinos. Yo creo que eso nos corresponde a los psicólogos y psiquiatras, y en determinadas circunstancias. Se ha perdido una batalla, pero no la guerra. "El ODIO". Un título muy significativo en una sociedad de psicópatas integrados. Odio a un libro de un asesino que vuelve a marear el horror de personas inocentes que exigen y deben tener protección. Por lo tanto, lo justo sería su retirada y no lucrarse con el dolor de un crimen horrendo. La libertad de José Bretón termina donde empieza la de Ruth Ortiz, que es la víctima del verdugo. Dejen descansar a los muertos, como decía el poeta.