Editorial
La fractura del Gobierno por el gasto en Defensa y la OTAN: una vergüenza nacional

(Foto de ARCHIVO) La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
La reciente votación en el Congreso sobre el aumento del gasto en Defensa ha puesto en evidencia, una vez más, la fragilidad y la incoherencia del Gobierno de coalición encabezado por Pedro Sánchez. La ruptura entre el PSOE y Sumar no es solo un episodio más de desavenencias internas; es un síntoma alarmante de la incapacidad de este Ejecutivo para liderar España en un momento de incertidumbre geopolítica global. Mientras el mundo observa con preocupación la escalada de tensiones en Europa y más allá, el Gobierno español se desmorona en un espectáculo de división que compromete nuestra credibilidad internacional.
Sumar, liderado por Yolanda Díaz, ha decidido dar la espalda al sentido común y al compromiso con la seguridad colectiva al votar en contra del aumento del gasto en Defensa y, lo que es aún más grave, a favor de abandonar la OTAN. Esta postura, alineada con la moción del BNG, no solo refleja una visión utópica e irresponsable de la política internacional, sino que ignora las amenazas reales que enfrenta Occidente. En un contexto en el que la Unión Europea y la Alianza Atlántica buscan reforzar su capacidad disuasoria frente a actores como Rusia, Sumar opta por el aislamiento y la debilidad. Es una decisión que no solo pone en riesgo nuestra seguridad, sino que envía un mensaje de deslealtad a nuestros aliados.
Por su parte, el PSOE, consciente de la necesidad de mantener una mínima coherencia con las exigencias de Bruselas y la OTAN, se ha visto obligado a buscar auxilio en los partidos de la derecha —PP, Vox, Junts y PNV— para salvar la votación y evitar un bochorno aún mayor. La paradoja es tan grotesca como reveladora: un Gobierno supuestamente progresista depende de la centro-derecha para sostener una política de Defensa que debería ser de Estado, no de partido. Este episodio no hace más que subrayar la hipocresía de Sánchez, quien presume de liderazgo europeo mientras su coalición se desintegra ante los ojos de todos.
La imagen de España ante sus socios internacionales queda gravemente dañada. ¿Cómo puede Pedro Sánchez presentarse en las cumbres de la UE o la OTAN como un líder fiable cuando ni siquiera es capaz de alinear a su propio Gobierno? La fractura entre PSOE y Sumar no es solo una disputa ideológica; es una demostración de que este Ejecutivo carece de la solidez y la visión necesarias para gobernar en tiempos de crisis. Mientras Europa se rearma frente a las amenazas del siglo XXI, España se tambalea bajo un liderazgo dividido y oportunista.
Es hora de que los españoles exijamos un Gobierno que anteponga la seguridad y el interés nacional a las pugnas internas y las posturas populistas. La dependencia del PSOE de la derecha para salvar los muebles en esta votación no es un triunfo, sino una humillación. Y la apuesta de Sumar por el abandono de la OTAN no es progresismo, sino irresponsabilidad. Este país merece algo mejor que un Ejecutivo roto y una política exterior a la deriva.