Peligro en el PSOE: “sólo con el ‘voto Charo’ no se ganan elecciones, no podemos atacar a la mitad de la población”

La vicepresidenta del Gobierno, María Jesús Montero, ha tenido que salir a disculparse a su manera de sus palabras negando la presunción de inocencia en el caso de Dani Alves por su absolución en una denuncia de agresión sexual. Pero nada es casual en el sanchismo, la matización a regañadientes de la ministra de Hacienda se produce tras 72 horas de zozobra donde Moncloa había perdido el relato y le habían dejado tirados desde Jueces para la Democracia a miembros ilustres del equipo de opinión sanchista. Nadie compraba ese ataque, salvo tres tertulianas de las más exacerbadas. El daño que producía era más que el beneficio y en Ferraz ya cundía la preocupación: “sólo con el voto Charo no se ganan unas elecciones”. 

Porque que hasta Antonio Maestre, Antonio García Ferreras o Elisa Beni estén coloreando la cara a María Jesús Montero por cargarse la presunción de inocencia, y no se traguen las intentonas de la vicepresidenta primera de intentar salir del atolladero con excusas como que “el PP manipula mis palabras” o “era un momento de exageración” cuando el vídeo no deja lugar a dudas, ha hecho encender las alarmas en Moncloa y en Ferraz, y por supuesto, que dentro del PSOE, especialmente entre los críticos del sanchismo -que los hay aunque Sánchez intente anular la disidencia- se hable entre bambalinas de una estrategia peligrosa que a la larga puede golpear al partido como un bumerán.

El PSOE sanchista se ha lanzado a tener atado el voto Charo, el de las mujeres de 50 y 60 años que tienen el feminismo de superioridad sobre el hombre como bandera, y también el de las mujeres más jóvenes que ellos ven más sensibilizadas con el tema de las agresiones sexuales y sus denuncias. Y ahí sale María Jesús Montero a cuestionar una sentencia judicial y hasta la presunción de inocencia de los hombres esperando con el caso de Dani Alves un movimiento como el de la Manada de Sanfermín. Pero la vicepresidenta sólo ha logrado espantar el voto masculino y de centro, y eso es lo que preocupa.

Pasarse de frenada con el feminismo puede servir para competir electoralmente al PSOE con Sumar o Podemos, con su flanco más izquierdo, pero deja a su lado de centro abandonado y a merced del PP ¿Eso es lo que espera el sanchismo, ceder el campo de centro al PP y competir con dos partidos ahora residuales? Además de que los hombres son la mitad de la población, “y esto es para que no nos vote ningún hombre en su sano juicio por muy socialista que sea”. En la mente de muchos militantes socialistas que ven un tiro en el pie esta estrategia aparece un nombre: Irene Montero.

En el PSOE advierten entre bambalinas de lo que le pasó a la ex ministra de Igualdad, que con sus bravuconadas contra los hombres y sus leyes como la del sólo sí es sí, sólo logró espantar el voto de izquierdas de los hombres, “insistimos, la mitad de la población”, convirtiéndose en una apestada para Sumar -de ahí el veto a ir en listas- y para el PSOE, hasta el punto de que Pedro Sánchez admitió que los hombres de su edad no entendían las políticas de Irene Montero. Por eso, ven en las acusaciones de María Jesús Montero un peligroso precedente, y eso que ya aprendieron la lección con la podemita: “luego no entendemos que los chavales jóvenes de 18 a 25 años voten en su mayoría a Vox, y se lo estamos poniendo en bandeja diciéndoles que sus derechos para nosotros no valen”.