Santo Grial
El Sant Calze o el Grial de la Concordia como reza el excelente relato novelado de Alberto Grima, es sin duda alguna la reliquia más importante que atesora Valencia desde tiempo inmemorial

La alcaldesa de Valencia con una imagen del Santo Grial
Por encontrarme (físicamente) muy lejos de Valencia, no he podido asistir a la convocatoria de María José Catalá para presentar el Proyecto Museológico del futuro Centro de interpretación del Santo Cáliz que ha tenido lugar en el patio del Museo de la Ciudad. Pero las notas a vuela pluma que me ha hecho llegar un buen colega y amigo, me animan y legitiman para celebrar la iniciativa.
Tras el cuidadoso y representativo repertorio musical ofrecido por Capella de Ministrers y las palabras del Arzobispo Benavent, la alcaldesa intervino para hablar de tradición y tecnología, turismo de calidad y un guiño simpático “para devolver el pulso al reloj”. Antes lo había hecho Pilar Tébar en la misma línea: “una ventana entre la memoria y la actualidad”
El Santo Cáliz, el Sant Calze o el Grial de la Concordia como reza el excelente relato novelado de Alberto Grima, es sin duda alguna la reliquia más importante que atesora Valencia desde tiempo inmemorial y amerita sobradamente el esfuerzo conmemorativo y didáctico que ahora se ha presentado.
De la mano del catedrático de la UPV Gabriel Songel -galardonado ayer mismo junto a la también catedrática, escultora y académica de BBAA Nati Navalón en los V Premios a la Creación de las Universidades Públicas Valencianas- quise impulsar una exposición sobre el tema en la Almoina en tiempos de Rita Barberá. Songel, profesor de diseño industrial y miembro del Consejo Científico de la Fundación Santo Cáliz, ha dedicado años de investigación que demuestran inequívocamente su autenticidad histórica y adelanta en doscientos la antigüedad de la ornamentación -asas y eje exagonal- que acompaña el vaso sagrado conservado en la Catedral de Valencia. También su influencia celta. Así lo explicaba en 2021 con el título Iconografía del Santo Cáliz en la conferencia dictada en el Ateneo Mercantil que puede ser seguida en You Tube.
No discrepa, precisamente, el doctor ingeniero aeronáutico Jean Philippe Sendat afincado en Valencia y caballero de la Real Orden de Santa María de El Puig y de la del Santo Sepulcro, cuando en su libro El Código Geométrico del Santo Grial (2024), analiza el complejo diseño de su cenefa central, mientras reivindica el Itinerario cultural de lo que ya es conocido como Camino del Santo Grial.
El Consell Valencià de Cultura (CVC) al que me ha cabido el honor de pertenecer desde 2011 -un deshonor tal vez ahora, desde que su objetivo principal es el enredo y hacer oposición al gobierno de Mazón; pero esto es harina de otro costal- emitió motu proprio en marzo de 2024 un extenso y detallado documento con el título Informe sobre El Santo Cáliz como Patrimonio Cultural Material e Inmaterial y su relevancia para el Turismo Cultural y Religioso de la Comunitat Valenciana impulsado desde la Comisión de Promoción Cultural que preside la que también fuera primera Presidenta de la Academia Valenciana de la Lengua, la filóloga y jurista Ascensión Figueres y por quien se dejó la piel en el empeño, demostrando además su capacidad de diálogo y consenso, José Vicente Navarro (a la sazón ahora presidente de Lo Rat Penat). Tras una descripción y un análisis riguroso a lo largo de más de setenta páginas, concluye que “el Santo Cáliz de Valencia por su relevancia cultural, arqueológica, histórica, artística, patrimonial y religiosa reúne todos los elementos necesarios para ser considerado como uno de los más destacados bienes de interés cultural de la Comunitat Valenciana.”.
Y considera que “el centro de interpretación de la Casa del Relojero, podría ser el punto de partida de un conjunto de iniciativas público-privadas para potenciar los valores y la riqueza del patrimonio valenciano en torno a uno de sus bienes más valiosos” (puede consultarse el informe completo en la web cvc.gva). Se desarrollaron múltiples y trabajosas sesiones que contaron con especialistas como Almenar, Verdeguer, Rodríguez, Palazón, Mafé y el ya citado Gabriel Songel.
No faltaron los votos particulares de hasta siete vocales propuestos por PSPV, Compromís y Podemos, limitando su alcance o simplemente contrarios, llegando a manifestar en algún caso “L’informe presenta uns continguts propis d’una institució religiosa i no d’un organisme laic com és el CVC. Ve a ser un maridatge amb la religió catòlica. El redactat és confessional al llarg de tots els capítols, inclús quan només es tracta del seu valor material fa referències litúrgiques, i tot l’informe conté una profusió, un excés abusiu de reproducció de textos i doctrina catòlica” (sic). Algún otro, como la flamante y reciente presidenta de la Comisión de las Ciencias, secretaria entonces de la comisión proponente, sostuvo su voto afirmativo. La institución estatutaria asesora en materia de cultura perdió la oportunidad de un razonable consenso en asunto de capital importancia para Valencia, y es de esperar que ante la iniciativa municipal coincidente con su propia recomendación, no se sienta ahora tentada a poner palos en las ruedas.