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DERECHO A LA PROTESTA

Gan Pampols y la corte celestial

Terminamos el año con el Gobierno bajo sospecha por corrupción, con Sumar descuartizado por causa del caso Errejón, Podemos afilando el cuchillo, el PP y Vox...

El vicepresidente segundo del Consell, Francisco José Gan Pampols

El vicepresidente segundo del Consell, Francisco José Gan PampolsEuropa Press

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No somos nadie, como decían las abuelas. Ya ven que el fundador de Mango, Isak Andic, al que tuve el gusto de saludar hace unos años en un acto empresarial en Alicante, falleció anteayer en un accidente de montaña. Las actividades de riesgo son así, peligrosas, pero en ocasiones hay quien pierde la vida de la manera más tonta y sin salir de casa. Y, por otra parte, cualquier día de estos los rusos, los chinos, o los israelíes nos mandan un pepinazo de largo alcance y adiós, bye bye, ciao, adieu. Total, que les recuerdo que estamos aquí de paso, incluidos Sánchez y Jordi Hurtado, aunque no se lo crean, así que ya saben: carpe diem. Aprovechen para desconectar el teléfono y dedicarse a los más queridos estos días -que puede que no sean sus familiares más cercanos, lo que significaría mal rollo-, que eso que se llevarán en el cuerpo y a vivir, que son dos días, como se dice.

Esta vida no es un simple ensayo, sino que es la genuina, la de verdad y, si hay algo que vea usted que no funcione en la suya y tenga solución, le aconsejo que trate de ponerle remedio para que pueda seguir adelante con el menor número de piedras en la mochila. Que ya bastantes problemas vienen solos, sin comerlo ni beberlo.

El final de año se aproxima, pues quedan solamente quince días, y con él la necesaria recapitulación de lo que nos ha quedado por hacer a lo largo de este 2024. A mí, cantidad de cosas, pero siendo realistas el saldo del año es positivo hasta el momento. Aunque será mejor no cantar victoria, que todavía en las dos semanas que restan para el 1 de enero de 2025 puede que nos llegue alguna sorpresita más.

Desde el punto de vista de la situación política, terminamos el año, por un lado, con el Gobierno bajo sospecha por corrupción, con Sumar descuartizado por causa del caso Errejón y con Yolanda Díaz hecha una Salomé moderna, solo que con la cabeza del niño no va a ser suficiente expiación, y con Podemos afilando el cuchillo y pensando seriamente en volver a la primera línea de batalla. Que el hombre antes conocido como “el coletas” no se va a resignar a un segundo plano, por mucho que le pongan en bandeja la televisión pública, pues su ego le pide volver a la batalla. Y, por la otra parte, tenemos un PP que no acierta con la tecla que necesitaría dar para poder ganar las siguientes elecciones generales. Parece que la decisión de Vox de romper las alianzas con el PP hace varios meses está dando frutos positivos para la formación de Abascal, que sube como la espuma. Tal vez sea el contagio de los países de nuestro entorno, en que los partidos más a la derecha están cosechando grandes éxitos. 

O tal vez el efecto Trump, tras una decepción enorme que cundió en el electorado con el anterior gobierno demócrata. Y, aunque “Spain is different” parece que en este aspecto no tanto. El desmarcarse del PP ha sido oportuno para Vox, pues se ha podido mantener a buen recaudo del desastre de la dana de Valencia, con todos los sinsabores y el descrédito que está trayendo para el PP, por ser partido en el gobierno de la Comunidad Valenciana. Pregunto hace unos días a alguien que sabe si Barcala estará frotándose las manos con la posibilidad de ser recambio de Mazón -que para mí que su falta de credibilidad como político no la remedia ya ni Gan Pampols ni toda la corte celestial. Y me dicen que no, que Barcala está encantado de alcalde de Alicante. Claro está que no me extraña, Alicante es asumible y la Generalitat Valenciana, son palabras mayores. Y más en la situación actual. No la va a querer nadie después de la riada, con todo lo que va a haber que hacer y la escasez de medios para ello, ni gratis.

Y me dicen que no, que Barcala está encantado de alcalde de Alicante. Claro está que no me extraña, Alicante es asumible y la Generalitat Valenciana, son palabras mayores

Tendremos que ir viendo las alianzas que se tejen, y, según un prestigioso analista, el politólogo Pablo Simón, al que tuve el placer de escuchar el otro día en directo, la unión del PP con Vox es natural. Me atrevería a decir que parte del electorado del PP, esos votantes que no se casan con nadie y que están más tirando a la izquierda, pero sin llegar al PSOE, si algo tienen claro es que no quieren a Vox en el gobierno. Difícil lo tiene el PP, pues para seguir gobernando necesitará el apoyo de este partido, pero parte de su electorado rechaza ese tipo de alianzas, como la que Mazón propició para llegar a la presidencia de la Generalitat, cuando se echó de primeras a la piscina, sin saber si había agua antes. Así resulta fácil descalabrarse, e incluso salpicar con ello a tu propio partido. 

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