La fuga de Vox amenaza al gobierno de Catalá: "la aritmética es la que es"
La concejala Cecilia Herrero da un portazo a la formación de Abascal, pero mantiene el acta en el Ayuntamiento sin aclarar si su determinante voto respaldará al gobierno, o no.

Los concejales de Vox, Cecilia Herrero, José Gosálbez y Juanma Badenas.
La concejala de Vox, Cecilia Herrero, se ha convertido en la figura determinante en el Ayuntamiento de Valencia, pues su baja del partido sitúa al gobierno de coalición PP-Vox de María José Catalá en una complicada situación al perder la mayoría absoluta, retornando a la alcaldesa a una casilla de partida similar a cuando arrancó su mandato en solitario, antes de pactar con Vox.
La expectación mediática ha sido máxima en la rueda de prensa que Herrero ha ofrecido para explicar los motivos de su portazo a Vox. Una comparecencia pública coordinada por el exteniente alcalde Juanma Badeas- expedientado por presuntos amaños de contratos- quien le hacía indicaciones con las manos para que no hablara más de la cuenta. Herrero ha dejado claro que pese a abandonar la formación de Abascal se aferra a su acta, pero deja abierta la mayor incógnita: cuál será su postura, si apoyará o no al PP en las votaciones o si, por el contrario la gobernabilidad de Catalá caerá en saco roto.
Herrero ha explicado los motivos por los que se ha dado de baja voluntaria de Vox, negando cualquier vinculación con la paralela salida de su pareja sentimental Juanma Badenas, a quien Vox ha expulsado y el Ayuntamiento ha retirado todas sus competencias ante la investigación contra él por el presunto amaño de contratos a la empresa Imedes. Badenas aseguró que se trataba de un completo del PP contra él. No obstante, Herrero deja el partido días después que su pareja por otros motivos, según ella.
El detonante ha sido la pintada del símbolo nazi de una esvástica en la fachada de su vivienda y problemas con la dirección nacional de Vox, según la concejala que pasará a formar parte del grupo de los no-adscritos. Cuestionada por la ‘casual’ coincidencia temporal entre ambos hechos, Herrero insiste en que “el motivo es porque esas pintadas se realizaron hace una semana o menos” y “ante el conocimiento de algunas personas de la formación” denuncia que estas no le han dado “apoyo”.
No solo eso, Herrero ha citado cuatro motivos más de conflicto con su partido que le han llevado a abandonar la formación, según ella. Por un lado, la “falta de apoyo en materia jurídica y humana en la denuncia de delitos de odio”, en relación a la denuncia impulsada por la fiscala Susana Gisbert por una veintena de mensajes publicados en sus redes sociales. Ahondando en el asunto, Herrero también ha presentado una contra denuncia tras recibir “amenazas” por defender ese “discurso” de Vox “en materia de migración ilegal” en cambio, también percibe “falta de apoyo”. Asimismo, denuncia otra “falta de apoyo, despreocupación” e incluso “burlas” por parte de su partido cuando h aparecido la pintada de una esvástica en su domicilio “y mensajes de amenazas de muerte recibidos”.
Es más, Herrero denuncia “moobing laboral”, es decir, acoso laboral, por parte de “los asesores impuestos por la dirección nacional”. El conflicto originado en el grupo municipal ha acabado estallando en Madrid, generando también conflictos con Bambú. Herrero ha mantenido, en consecuencia a los motivos expuestos, una conversación telefónica con “un cargo relevante de la dirección nacional”. Este, según la concejala, le habría respondido “de malas formas” hasta con “gritos”, negándole su “derecho a la tutela judicial efectiva y en defensa”. Una situación que, en palabras de Herrero, no ha sido una confrontación puntual sino que es una situación que “viene repitiéndose desde hace un año, en abril de 2024”, antes incluso de que estallase la batalla legal por el presunto “delito de odio”.
Con la salida de Herrero, los números en el hemiciclo del Ayuntamiento de Valencia dejan al gobierno de María José Catalá en minoría. A no ser que se pactara alguna coalición a tres, ahora con Ceilia Herrero como no adscrita. De lo contrario, la aprobación de las iniciativas dependerá de ella y la gobernabilidad se balanceará en una cuerda floja a merced del sentido del voto de Herrero. Una situación que retorna a Catalá a la primera casilla de salida, como cuando gobernaba en solitario sus primeras semanas, antes de sellar el pacto con Vox. Garantizarse el apoyo de Herrero será, de este modo, fundamental para María José Catalá, en un contexto que recuerda al acontecido en la Diputación de Valencia en las últimas elecciones, donde una única diputada de Ens Uneix fue determinante para decidir si gobernaba el PP o el PSOE. "La aritmética es la que es", ha valorado Herrero presupuesto de su posición determinante.
Por el momento, “todas las opciones están abiertas”, ha avanzado. “En principio haré lo que me dicte mi libertad de conciencia y fidelidad de principios y valores, por el compromiso adquirido con todos los valencianos, no los voy a abandonar en ningún momento", ha manifestado.