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Son indignos e indignantes…

Aparte de ser un egocéntrico es también un sacrílego por querer emular a Jesucristo

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el X Congreso del PSE-EE en San Sebastián. UNANUE/EUROPA PRESS 15/2/2025UNANUE/EUROPA PRESS

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Los españoles de bien estamos cansados de aquello que fue y hoy no queda nada. Cansados de luchar contra molinos que resulta que no son gigantes, que realmente son molinos… Los delincuentes han acabado con parte de la nación, de personas que fueron y hoy no lo son. Llegaron los bárbaros y se comieron casi todo el pastel dejando migas para los nacionales. Los patrios, los que llevan dentro la amargura de ver que lo que hicieron sus abuelos y sus padres, de eso ya no queda nada. Fue un trabajo inútil para las sociedades venideras.

Decían los comunistas-socialistas que España no se rompía. Pues sí, la han destrozado en mil pedazos, y esos trozos se los llevaron como la rapiña se lleva los huesos del cadáver del animal muerto…

En la última reunión de Sánchez ante sus diputados y senadores lanzó un mensaje mesiánico: “llevar mi palabra por tierra, mar y aire”. Aparte de ser un egocéntrico es también un sacrílego por querer emular a Jesucristo. Este señor no tiene ningún límite ante su propia incapacidad y su incompetencia… Él tiene una máxima: culpar de lo que hace mal a la oposición y a la extrema-derecha, que para él son todos los que no le siguen el “rollo”. No nos cansaremos de recordar que parte de sus ministros, familia y algún amigo (si es que le quedan amigos) están imputados o a las puertas de estarlo. Esto no se puede dejar pasar nunca y aunque quieran desviar la atención ante la opinión pública con temas que prácticamente no son importantes, tendremos que recordárselo cada día.

Ya casi tenemos la sartén por el mango. Lo estamos acorralando poco a poco para que vayamos cuanto antes a elecciones generales. No hay que dejar que llegue al 27.

Por otra parte leo que en Torrevieja van a reubicar a los “hippies” en otro lugar. Hasta ahí bien. Pero llamarlos “hippies” me parece que ya no es de recibo puesto que quedan un par de ellos.

Debería llamarse el paseo del zoco. Y por cierto que algunos de esos no “hippies” venden firmas falsificadas a la vista de cualquiera que lo quiera ver y en suelo público.

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