Opinión
El acoso político a los líderes de la derecha española

Manifestación contra el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón
En los cinco últimos años ha crecido el acoso político a los lideres liberal-conservadores españoles por parte de la izquierda. Una práctica política de consecuencias graves, no solo para la persona afectada, sino también para el clima democrático en general que puede silenciar voces críticas y limitar el debate público abierto y constructivo. Una práctica que es resultado de la polarización política introducida por el PSOE de Zapatero y seguido por Pedro Sánchez con el apoyo de sus aliados a su izquierda, Sumar y Podemos. Su finalidad es demonizar a sus adversarios de la derecha para sacar rédito electoral deteriorando su imagen pública.
El acoso político se refiere a una serie de acciones o comportamientos dirigidos a hostigar, intimidar o deslegitimar a un individuo en el ámbito político, ya sea un líder, un candidato, un activista, o un simple militante. Este tipo de acoso puede manifestarse de diversas maneras, incluyendo:
- Descalificaciones personales: ataques que buscan menospreciar la reputación de una persona a través de insultos, rumores o difamación.
- Campañas mediáticas: la utilización de los medios de comunicación para difundir información negativa o distorsionada sobre una figura política con el fin de perjudicar su imagen.
- Protestas y manifestaciones: organizar actos públicos para expresar rechazo hacia un líder o sus políticas, que pueden incluir insultos o agresiones verbales.
- Hostigamiento en redes sociales: el uso de plataformas digitales para acosar, insultar o amenazar a figuras políticas mediante comentarios ofensivos, campañas de desprestigio o "bullying" virtual.
- Manipulación informativa: la difusión de noticias falsas o engañosas para crear una percepción negativa sobre un líder o partido político.
Ejemplos recientes de esa práctica muestran su eficacia para ganar ventaja en la opinión pública. En ella ha confiado cierta estrategia electoral de la izquierda a partir de la secretaria general del PSOE de Zapatero en 2004 buscando redito político en la descalificación pública de un adversario político. Una práctica que ha recogido Pedro Sánchez a partir de 2019 con la ayuda indistinta de Sumar o de Vox según los casos. Se trata, en otros, de auto-situarse en un atalaya moral desde la cual sentenciar lo que es políticamente correcto y enjuiciar la acción del adversario a su derecha para descalificarla; independientemente del acierto, o no, de sus decisiones políticas sometidas a encuesta pública en todos los casos.
Ejemplos de ese tipo de acoso que han sufrido líderes de partidos españoles situados en la derecha liberal-conservadora por parte de partidos de izquierda, entre otros:
- Mariano Rajoy (PP): durante su mandato como presidente del Gobierno, Mariano Rajoy fue objeto de numerosas críticas y ataques por parte del PSOE, especialmente en el contexto de la crisis económica y el “proces” catalán. En manifestaciones y debates, se le acusó de inacción y falta de responsabilidad en la gestión económica, social, y autonómica.
- Pablo Casado (PP): afrontó ataques constantes por parte del PSOE y Podemos. En ocasiones, se le acusó de ser un "neoliberal" -posición moralmente descalificada desde esa atalaya-, o de fomentar políticas que perjudican a las clases trabajadoras. Durante los debates parlamentarios fue blanco de críticas sobre su postura en temas como la política social y la gestión de la pandemia.
- Inés Arrimadas (Cs): como líder de Ciudadanos fue objeto de ataques tanto del PSOE como de Podemos. En varias ocasiones, se cuestionó su credibilidad utilizando tácticas “ad hominem” como la descalificación personal, en lugar de un debate político público y constructivo.
Pero quizás los más sonados casos sean los acaecidos a los líderes liberal-conservadores de las Comunidades Autónomas.
- Francisco Camps (PPCV): El ex presidente de la Generalitat Valenciana fue víctima de una intensa campaña mediática y política por parte del PSPV-PSOE y Compromís en relación con el caso Gürtel del que ha sido absuelto en 10 ocasiones después de 14 años de duro y cruel acoso. Durante todo el tiempo de enjuiciamiento, sufrió ataque y descalificaciones públicas a su persona y a su familia. La izquierda nunca le perdonó que les impidiera ganar las elecciones con su liderazgo, pues durante tres legislaturas seguidas les ganó en las urnas por mayoría absoluta con más del 52% de los votos.
- Ataques a Isabel Díaz Ayuso (PPM): La presidenta de la Comunidad de Madrid ha enfrentado críticas severas por parte de los partidos de izquierda, especialmente durante la pasada pandemia, y acoso a su entorno familiar. Se le acusó sin pruebas de una mala gestión sanitaria tildándola de “homicida “, y se realizaron protestas en las que se cuestionaba su liderazgo al frente de la Comunidad de Madrid.
- Carlos Mazón (PPCV): Desde el primer día de la catástrofe de la dana el acoso de la izquierda, del PSPV-PSOE y Compromís. Impulsan o respaldan ambos partidos una dura campaña mediática “ad hominem” basada en rumores, haciéndole responsable único de las consecuencias del 29-O. Lo tildan públicamente de “asesino” esperando sacar rédito electoral del dolor de las victimas para influir negativamente en la opinión pública, cuando el PPCV rozaba la mayoría absoluta antes del 29-O y podía gobernar sin el apoyo de Vox en 2027.
Estos ejemplos recientes muestran cómo el acoso político puede manifestarse a través de campañas mediáticas, descalificaciones personales y protestas organizadas por partidos opositores, en este caso con el objetivo de debilitar la figura del líder o partido en cuestión. Si hablamos del deterioro de la democracia representativa en España tenemos que incorporar en nuestro acervo cultural esa práctica que ha introducido la izquierda en la vida política. No olvidemos que las democracias liberales son Estados de Opinión. Quien convence a la opinión pública descalificando al adversario gana, pero en ese caso con muy malas artes.