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¿Serán los jueces quienes hagan caer al gobierno de Pedro Sánchez?

Si esto resulta ser como parece, las decisiones de los jueces, pronto o tarde, pueden inducir cambios profundos en el escenario político

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una sesión plenaria.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una sesión plenaria.Europa Press

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El gobierno de Pedro Sánchez ganó la votación del pasado jueves en el Congreso de los Diputados. Sacó adelante su reforma fiscal con el sí condicionado de dos de sus socios: Podemos y JuntsxCat. De ahí pasará al Senado para su último trámite donde podrá ser parada o ralentizada. El proyecto de Ley salió adelante con los 178 votos que suman los aportados por los trece partidos que le apoyan. La clave del acuerdo es su falta de concreción, pues Junts quiere una fuerte reducción del impuesto sobre los beneficios de las energéticas, mientras que Podemos convertirla en una tasa permanente. Se queda como está y ya se verá a lo largo de 2025. Un dilema difícil de solución.

La clave del equilibrio en que se mantiene el gobierno de Pedro Sánchez para no caer es la capacidad de satisfacer la vorágine de ambas formaciones en el extremo del arco ideológico. La primera de izquierda radical y la segunda independentista de derechas. Sus 11 votos, juntos o por separado, conforman esa clave. Saben tensar las negociaciones al límite para sacar rédito, cada uno con su objetivo propio que no es el de Pedro Sánchez. Uno, desbancar el liderazgo de IU en Sumar, a la izquierda del PSOE, el otro romper la influencia negociadora de ERC en el independentismo catalán. Factura complicada de pagar simultáneamente, pero posible. Es lo que demostró la votación de este jueves.

Los trece, incluidos estos dos free readers más el PNV, saben, sin embargo, que mejor que ahora no pueden estar. La alternativa actual significa un gobierno del PP apoyado por Vox, donde su estrategia de presión-negociación no resultaría. Es por ello, que la propuesta de presentar una moción de censura apoyada por la deserción de Junts, o del PNV, ahora no resulta. Es más lo que les une a la mayoría sanchista de lo que les separa. El PNV se jugaría el apoyo del PSOE al Lendakari, y Junts la ansiada venida de Puigdemont. Un escenario enquistado que favorece la supervivencia política de Pedro Sánchez. Por ahora.

¿Es posible romper ese enquistamiento? La clave la tienen los jueces. Mientras se votaba la posición de España en la OCDE como el quinto país con mayor subida impositiva desde 2010, Víctor de Aldama implicaba al PSOE y a medio gobierno de Pedro Sánchez en la trama del caso Koldo-Ábalos. Una implicación que puede terminar denominándose el “Caso Sánchez”. El jueves por la mañana, el juez Santiago Pedraz tomaba declaración, a petición propia, al comisionista; este aseguraba que pagó comisiones a Ábalos, a Santos Cerdán, a Ángel Víctor Torres, y daba cuenta de sus relaciones venales con Begoña Gómez que alcanzaban al mismo Pedro Sánchez, su marido. Y por medio, implicaba en la trama al ministro de Interior, el Sr. Marlaska, al jefe de gabinete de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y al anterior ministro de Sanidad, Salvador Illa. Denunciaba las comisiones guardadas, inclusive las suyas, en la Republica Dominicana. Mucha tela de banquillo que cortar.

El PSOE reaccionó de inmediato. Posterior a decretar Santiago Pedraz libertad con medidas cautelares a Víctor de Aldama, presentaban una querella conjunta contra él por injurias y calumnias dadas las acusaciones vertidas. Se ponía en marcha el procedimiento “exceptio veritatis” por el cual recae la carga de la prueba en Víctor de Aldama para zafarse de la acusación. Este, no tiene más remedio que aportar las pruebas de su declaración ante el juez Pedraz, pruebas que pueden dar lugar a una causa general contra el PSOE en el Tribunal Supremo al estar aforados los denunciados. Y Víctor de Aldama ya ha dicho que tiene grabaciones, vídeos y fotografías que apuntalan la prueba. Todo un espectáculo de años por venir

Si la mitad del gobierno de Pedro Sánchez resulta imputado, alcanzando la causa abierta a la cúpula del PSOE, está por ver cómo reaccionarán sus socios

Si esto resulta ser como parece, las decisiones de los jueces, pronto o tarde, pueden inducir cambios profundos en el escenario político. Si la mitad del gobierno de Pedro Sánchez resulta imputado, alcanzando la causa abierta a la cúpula del PSOE, está por ver cómo reaccionarán sus socios, los que apuntalan su mayoría parlamentaria. O también, lo qué harán sus barones que aspiran a la supervivencia política, digan lo que digan el próximo fin de semana en Sevilla en el Congreso socialista. Un conclave donde se hablará de federalismo, y muchas cosas más, pero en el que subyacerá las consecuencias de las declaraciones de Víctor de Aldama.

El tiempo dirá si Pedro Sánchez pulsa el botón de disolución de Cortes Generales, o desertan Junts y el PNV de la mayoría parlamentaria y apuntalan esa Moción de Censura a presentar por Núñez Feijóo. Ocurra, o no, la cadena de sucesos por venir deteriorará la estabilidad política, dado el beneficio a sacar por los extremos radicales, tanto de derechas, Vox y SALF, o de izquierdas, IU, Podemos, Bildu, Compromís, y un largo etc. Un verdadero peligro. En la hora que marcarán los jueces, deberá medirse el liderazgo de Núñez Feijóo al frente del PP. Al tiempo.

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