La autocracia coronada de Sánchez
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez
Pedro Sánchez tiene decidido afrontar el aumento de gasto militar sin que pase por el Congreso. “Chiqui, 1.200 millones no son nada”, dijo María Jesús Montero, nuestra vicepresidenta ministra de Hacienda, respondiendo a una periodista por haberse pasado del Presupuesto. “Lo quitas o lo pones en un sitio u otro”, apostilló. Pues eso van a hacer ahora. Igualmente, Sánchez vaticinó que esta legislatura iba a avanzar “con determinación, con o sin apoyo de la oposición, con o sin concurso del poder Legislativo”. Lo de que España es una monarquía parlamentaria es casi papel mojado. Quizá pronto deberemos decir que somos una autocracia coronada.
Con todo, parece curioso que teniendo el presidente del Gobierno a Alberto Núñez Feijóo de acuerdo con ese aumento de gasto para la defensa que pide Europa, lo que le permitiría sumar a casi siete de cada diez diputados en aquellas votaciones que sean necesarias en la Carrera de San Jerónimo, el mandamás socialista ni contemple explorar ese gran pacto PSOE-PP. Tiene su intríngulis.
Pedro Sánchez es sobre todo puro tacticismo político. Es un hombre de hielo. Nunca toma decisiones con el corazón. A estas horas de la película, lo que más teme es que los españoles puedan percibir que hay una alternativa al sanchismo. Así que sabe bien que a los populares, ni agua. Este jueves se vio en La Moncloa con Feijóo porque no podía evitarlo, pero bien calculó darle a esa cita la misma importancia que a la de la portavoz de Bildu. A tal grado llega el ninguneo al líder del partido que ganó las pasadas elecciones.
Ojo, con Feijóo casi ni batalla. Lo trata como si fuese un dirigente menor. Su igual en el PP es la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Sabe bien que su lucha contra la lideresa popular madrileña debilita al presidente nacional del Partido Popular, así que no escatima medios en acrecentar esa enemistad. Por una parte, el socialismo combate a Ayuso menospreciando a Feijóo, mientras, por la otra, Vox acusa al líder popular de abrazarse al sanchismo. De es pinza estratégica es de la que el político gallego no logra escapar.
A.M. BEAUMONT