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OMC advierte que la guerra arancelaria entre Estados Unidos y China podría reducir hasta en un 80% el comercio

Ngozi Okonjo-Iweala, directora de la OMC, alertó sobre las consecuencias globales del conflicto comercial entre ambas potencias, con un impacto potencial devastador en la economía mundial.

Alerta de la OMC: Consecuencias globales del conflicto comercial entre Estados Unidos y China. Foto: composición LR
Alerta de la OMC: Consecuencias globales del conflicto comercial entre Estados Unidos y China. Foto: composición LR

La Organización Mundial del Comercio (OMC) lanzó una dura advertencia el 9 de abril sobre la escalada en la guerra arancelaria entre Estados Unidos y China. Según su directora general, Ngozi Okonjo-Iweala, de mantenerse el rumbo actual, el comercio bilateral podría desplomarse hasta en un 80%. Este escenario no solo afectaría a las dos economías más grandes del planeta, sino que arrastraría a los mercados emergentes y frenaría la recuperación global tras años de incertidumbre económica.

La tensión comercial, que se reavivó con fuerza tras el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, generó impuestos a productos estratégicos de ambos países. La OMC, en su último informe, resalta que esta confrontación no solo tiene un trasfondo económico, sino que también responde a intereses geopolíticos y tecnológicos. "Estamos viendo una guerra comercial con implicancias mucho más profundas que en 2018", declaró Okonjo-Iweala, en referencia a los conocidos aranceles de Trump.

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Guerra arancelaria entre Estados Unidos y China

Las cifras publicadas por la OMC son alarmantes. Una caída del comercio en un 80% entre Washington y Pekín significaría una interrupción severa de las cadenas de suministro globales. Sectores como la electrónica, los vehículos eléctricos y la industria farmacéutica sufrirían impactos directos. "No se trata solo de barreras comerciales, sino de la fragmentación del sistema multilateral que nos ha permitido avanzar durante décadas", afirmó la directora del organismo.

Desde su retorno al poder, Trump reinstauró medidas proteccionistas bajo el argumento de "defender los intereses de los trabajadores estadounidenses". Entre las más polémicas, destaca la reactivación de aranceles a productos chinos por un valor superior a los 200.000 millones de dólares, una estrategia que ya había implementado en su primer mandato y que hoy profundiza bajo la bandera de una "pausa de 90 días sobre los aranceles" como táctica de negociación.

China acusa a EE. UU. de usar aranceles con fines políticos

Pekín acusa a Washington de usar la guerra arancelaria como arma de presión política, mientras que la Casa Blanca insiste en que se trata de una "respuesta justa" a prácticas comerciales desleales por parte de China. Trump declaró que su administración "no tolerará más el robo de propiedad intelectual y la manipulación de divisas".

La OMC ofreció sus buenos oficios para mediar, pero las partes muestran poco interés en regresar a la mesa de diálogo. "La falta de voluntad para una resolución negociada pone en riesgo la estabilidad del comercio global", enfatizó Okonjo-Iweala durante una conferencia en Ginebra.

OMC defiende el multilateralismo frente a críticas de Trump

El rol de la OMC fue duramente cuestionada. A pesar de sus esfuerzos por facilitar el diálogo, su influencia se vio disminuida. El presidente Trump fue un crítico abierto del organismo, acusándolo de beneficiar a China y de actuar en contra de los intereses estadounidenses.Sin embargo, para la OMC, su papel sigue siendo clave. "La solución no está en el aislamiento económico, sino en la cooperación multilateral", sostuvo su directora general.

En este sentido, el organismo advierte que una continuación del conflicto sin soluciones diplomáticas solo agravará las tensiones y creará un entorno económico menos predecible y más costoso para todos los países.